Queridos amigos de La Esperanza, reciban un cordial saludo
Les escribo porque conozco a alguien a quien amo profundamente, se trata de mi madre, Consuelo, quien tiene 56 años y hace 2 años se salvó de un cáncer de estomago, enfermedad de la muy pocos se libran. Sin embargo ella dice que ya no le ve sentido a su vida, que cree que lo ha hecho todo y que se quiere morir. Este deseo obviamente me pone mal, porque a pesar de que mi madre tiene una familia que la adora, ella no es feliz.
Quiero que le escriban, que la animen, que le demuestren porque vale la pena vivir, que la ayuden a encontrar esa sonrisa con la que siempre la vi, que le den esperanza.
Hasta luego mis viejos queridos y mil gracias por sus concejos.
Andrés
Señora Consuelo, siéntase afortunada por la oportunidad que Dios le ha dado para disfrutar de la compañía, la felicidad y el amor de sus seres queridos le pueden brindar por muchos años más. Piense en los momentos cuando estuvo tan enferma, en el sufrimiento suyo pensando que muy pronto dejaría de ver a sus hijos, el sol, la luna y el amanecer de cada día; por medio de la creación del señor, el mismo señor escuchó las oraciones y ruegos de sus familiares para darle una nueva oportunidad para empezar a vivir en la gloria del señor.
Si mi Dios le ha dado esta oportunidad es porque la tiene para evidenciar la grandeza de su ser por medio de un milagro existencial, como ejemplo de fe en sus seres queridos.
Si usted fue elegida como evidencia y muestra del poder de Dios, lo único que usted debe hacer es disfrutar de la vida dejando huellas de felicidad y esperanza. Con su caso puede dar testimonio y esperanza a tantas personas que sufren de enfermedades terminales para darles aliento, fe y regocijo para otro milagro.
Rosa Nubia