sábado, 30 de junio de 2007

Apunte 3

Las primeras respuestas fueron entregadas personalmente por el equipo de trabajo de Correos La Esperanza. Juan Diego Soto, artista que ofició como mi ayudante y guia en Medellín, también hizo las veces de cartero. El resto de cartas han sido entregadas a través del correo regular.

La primera carta entregada

Fernando Pertuz con su respuesta

Apunte 2

Y en esta esquina el resto (mi respuesta a Pascual Gaviria)

Entre risas y lástima leí una y otra vez las opiniones de Pascual Gaviria en el periódico La Hoja. Reí cuando vi que mi nombre y la propuesta que presenté al encuentro internacional de arte MDE 07 se relacionaba con cierta postura mesiánica; con lástima comprendí que tras sus señalamientos no era yo quien debía informarme sobre los alcances del arte contemporáneo.

Es claro que el se tomó muy poco tiempo para al menos aprenderse el nombre de mi propuesta; esta no se titula “correos de la esperanza”, es “correos la esperanza”. Y aunque parezca mínima la diferencia, él, como escritor y columnista sabe que no lo es. Si yo titulo mi trabajo Correos La Esperanza es porque nace del nombre del barrio de la comuna nor-occidental. La utilización de la preposición “de”, amplía la idea original del proyecto a linderos que para mi resultan bastante incómodos. Usar esta preposición en el título de mi propuesta implica aquello de lo cual Gaviria se queja: “…cuando estos artistas convierten su obra en una actividad misionera”.

Pero más allá de esta apreciación que bien puede pasar por errorcillo editorial, me pregunto por qué en sus comentarios no explica en su totalidad y de manera no sesgada mi propuesta; ¿acaso porque un artista con vocación torcida no merece tanta publicidad? ¿O será simplemente que el periodíco La Hoja también sesgó sus comentarios?

Parece, según lo escrito por Gaviria, que yo fuese el encargado de responder las cartas para llenar de esperanza a gente que no conozco, aun cuando yo mismo pierda la esperanza en todo al menos tres veces por semana.

¿Dónde queda la aclaración que por escrito hago en la exposición acerca del objetivo del proyecto, que no es más que el de crear un canal de comunicación desde y hacia el barrio La Esperanza? Acaso es esta una labor propia de misioneros? No creo. Creo en cambio, muy a pesar de lo escrito por Gaviria, que la comunicación es la principal función del arte.

Obviamente que una pintura, una escultura o una de las instalaciones y performances que a el le parecen tan bacanas, también lo hacen. Pero así como la tecnología ha reducido el peso de todo cuanto produce para que se haga fácil y cómoda de usar, el arte relacional ha reducido la distancia entre quien hace y quien recibe. Esto no es algo que yo he inventado, es un proceso que le ha tomado largo tiempo a los artistas y que por supuesto Gaviria desconoce.

Para mi y para la gente que participó escribiendo y respondiendo las cartitas (pues para el ni siquiera alcanzan a ser cartas), el dilema de ser o no ser este un proyecto propio de un festival de arte no parece importarnos mucho. Ver la respuesta y la sonrisa de la gente así me lo confirma.

La verdad que hace mucho que el arte dejó de parecerse a lo que representa y se volvió, como apunta Carlos Uribe en respuesta a lo escrito por Gaviria, “un proceso de comunicación y educación”

Lo mordaz de la discusión generada por Gaviria es que a través de su discurso conservador y desfasado con el cual pretende demarcar ciertas fronteras inamovibles, él mismo resulta mal situado. Bajo la fotografía que acompaña su opinión se lee: Pascual Gaviria, escritor y columnista. Acaso no hay que ser crítico de arte o formado en sus códigos para escribir sobre arte? No, en realidad a veces no es necesario, es solo un apunte de fina ironía. El arte es para todos, hasta para los que no alcanzan a comprenderlo totalmente.


Apunte 1

El siguiente es el link de una discusión publicada en el periodíco la hoja de Medellín. En ella Pascual Gaviria, columnista y escritor, critica algunos de los proyectos presentados en el Encuentro Medellín 2007, entre ellos Correos La Esperanza. Carlos Uribe, coordinador general del encuentro le responde.


jueves, 28 de junio de 2007

Comunicación y esperanza

El proyecto contó con cuatro espacios dispuestos en lugares diferentes para que cualquier persona se acercara y participara escribiendo sobre alguna situación que le causara desesperanza. Los ejemplos fueron bastante disímiles: desde la soledad y el desamor, hasta la guerra en Colombia y algunos problemas relacionados con el arte.
¿Y por qué desesperanza? La ecuación era obvia; tenía un barrio y unas personas que me hablarían de esperanza (aún cuando necesariamente no la tuvieran) así que necesitaba del equilibrio que aquellas cartas me ofrecían.

Espacio de trabajo en el Museo de la Universidad de Antioquia

Los trabajos enmarcados dentro de la estética relacional no pretenden en ningún momento crear radiantes utopías que libren a la humanidad de problemas que quizás la política o la ciencia estén en mayor capacidad de resolver. El equilibrio al cual me refiero refleja precisamente esa imposibilidad de hablar solo de esperanza; la vida puede llegar a ser cruel e injusta y el arte está también en capacidad (y casi en deuda) de abordar esos temas.
Como señalé en varias ocasiones, el proyecto solo pretendía oficiar como medio en la creación de un canal de comunicación entre personas que no se conocieran...que la excusa fuese la esperanza, el arte, o los gustos musicales es lo que menos importa.

Una selección de cartas en el Palacio de la Cultura
(día de inauguración)

Correos La Esperanza surge en momentos en los que los centros comerciales, los supermercados, las estaciones de servicio y las famosas autopistas de la comunicación, con sus peajes y áreas de descanso, surgen amenazantes y se imponen como la única manera de llegar al otro.

miércoles, 27 de junio de 2007

Sueños de Gabaón

En Hebreo, Gabaón significa "ciudad en la colina". El-Jib es la ciudad que actualmente ocupa el lugar de la antigua Gabaón; pertenece al estado de Israel y se sitúa en territorio Palestino. Existen varias referencias bíblicas que señalan que el Gabonita era un pueblo pacífico que siempre supo como evitar los conflictos, librandose varias veces de la destrucción.
Sueños de Gabaón...¿se refiere entonces al barrio de la colina que sueña con la tranquilidad que proporciona una vida sin violencia? Tal vez, en realidad nunca me atreví a preguntar, incluso solo hasta ahora se lo que quiere decir Gabaón.

Virgen en las calles del barrio

Sueños de Gabaón es una organización que ofrece asistencia a los adultos mayores del barrio. Esta asistencia, además de la obvia oportunidad que la organización les brinda para conocer personas con inquietudes similares, está enfocada en la recreación, el deporte, la salud y la alimentación. Por supuesto la religion es parte fundamental de las actividades diarias; el rosario de los miercoles no podía faltar.
A Sueños de Gabaón llegué a través de Bibiana de CORFASO, quien me presentó con Doña Rosa, la coordinadora de la organización, quien a su vez me presentó frente a todo el grupo para que yo mismo les explicara en que consistiría el trabajo.
El trabajo realizado fue el siguiente: Las reuniones del grupo (el cual está dividido en 2 sub-grupos) se realizaban de martes a jueves, entre las 8 y las 10:30 de la mañana; yo llegaba a eso de las 8:30, asistía a la reunión, los acompañaba a hacer deporte y a rezar, y al final les preguntaba si querian llevar cartas para responder... algunos decian si y otros no.
Creo que el exito consistió precisamente en la oportunidad que les brindé para participar cuando quisieran y de una forma comoda para ellos.

Algunas de las voluntarias

Después de varios días de compartir con ellos, la entrega de correspondencia de lado y lado se convirtió en algo tan normal como el ejercicio o el rosario.
En total fueron cerca de 14 personas, todas ellas mujeres por encima de los 50 años, las que se animaron a responder misivas con los más variados problemas, algunos de ellos obviamente muy distantes a su realidad. Creo sin embargo que esta distancia refleja muchos de los problemas que tenemos al intentar comunicarnos hoy en día.
Estos tropiezos en la comunicación también se percibe en la lentitud, y en ocaciones desorden, con el que la "empresa" de correos afrontó su trabajo. Las señoras tardaban a veces una semana para responder una carta y en ocaciones incluso las perdian.
Se recibieron cerca de 180 cartas (más otras 100 sin remitente o sin dirección) de las cuales, hasta la fecha, solo se han respondido 50 aproximadamente.
La esperanza, aunque necesaria, puede demorarse en llegar.

martes, 26 de junio de 2007

Sobre el barrio

Al barrio llegué atraido por su nombre. Sin embargo, como suele sucedernos habitualmente, no resulta fácil encontrar la esperanza; ni siquiera la gente que vive allí sabe dónde está...tal vez sea la costumbre de llamar Castilla a todo ese gran sector de la comuna.
Tras realizar los primeros contactos con personas que trabajan en proyectos sociales dentro del barrio (a Bibiana y Nelly de CORFASO, muchas gracias), me dí cuenta del enorme camino recorrido por los pobladores del barrio en la construcción de una comunidad tolerante, participativa y receptiva frente a proyectos como el que tenía en mente.

Una calle del barrio

Vale recordar que el barrio La Esperanza está ubicado en la comuna nor-occidental de Medellín, sector que sufrió situaciones de extrema violencia durante los años en los que el narcotráfico ostentaba gran poder e influencia en la vida de la ciudad.
Producto de tantos hechos dolorosos, y de la mano de diferentes actores de la sociedad, el barrio desarrolló un proyecto que comprendía la construcción de todo un eje de desarrollo, cultura y recreación, en torno a la cancha "el maracana" (de la cual surgió el portero Rene Higuita y en la que las pandillas pactaban sus luchas territoriales).
Fue así como se construyó el colegio, un jardín infantil, la biblioteca del barrio, dos espacios para el desarrollo de los adultos mayores y un salón comunal. Además se brindó el espacio y las garantias para que el consumo de drogas no sea un problema que debe ser sometido y castigado, sino una realidad con la cual se puede convivir mediante el respeto y la tolerancia.

Cancha de futbol "El Maracana"